22 de noviembre de 2024

Conoce qué es la biometría, una perspectiva desde IDEMIA

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Muchas actividades hoy en día requieren que confirmemos nuestra identidad, ya sea que estemos viajando, pagando artículos, desbloqueando nuestros teléfonos inteligentes, accediendo a servicios públicos o privados, disfrutando de entretenimiento o incluso votando. La biometría es un medio eficaz para completar el proceso de autenticación en persona o en línea, manteniendo la seguridad, la facilidad de uso y la velocidad.

Dado que nuestra vida diaria está cada vez más impregnada por el uso de la biometría, es posible que muchos todavía sientan curiosidad por saber por qué los usamos y cómo funcionan dichas soluciones.

¿Por qué usar la biometría?

Los tiempos han cambiado y vivimos en un mundo donde reina la movilidad. Sin embargo, los usos y comportamientos de seguridad típicos que funcionaban en casa en una PC son más difíciles de aplicar en movimiento, donde las contraseñas han llegado a sus límites. Pero, más que nunca, todavía tenemos que proteger nuestros datos, transacciones y nuestra identidad. Por esta razón, la biometría es una respuesta: un simple movimiento de la mano, presionar un dedo en un escáner o mirar una cámara por un segundo es suficiente para autenticar nuestra identidad.

Autenticación biométrica: más simple que las contraseñas

A pesar de su omnipresencia, las contraseñas tienen varios inconvenientes, al igual que los números PIN, ya que los estafadores pueden hackearlos. Así que se deben cumplir con cuatro criterios para que sean efectivos: la contraseña debe ser compleja, cambiarse con frecuencia, ser única para cada aplicación o proveedor de servicios y nunca escribirse. Por lo que para las personas que están en movimiento, la autenticación biométrica es una solución más fácil que ingresar una contraseña compleja varias veces al día.

La biometría como arma contra el robo de identidad

El reconocimiento de huellas dactilares, faciales o de iris son únicos al establecer la conexión entre nuestras identidades física y digital. La autenticación biométrica ayuda a prevenir el robo de identidad, puesto que bloquea la identidad del atacante que intenta acceder a una cuenta o a un dispositivo, solo la persona registrada es quien puede realizar estos accesos. Robar datos biométricos sin el conocimiento de una persona y luego reproducirlos en una forma utilizable para realizar una transacción, es un desafío mucho mayor que robar y usar una contraseña.

La biometría dificulta mucho el robo a gran escala

Con contraseñas robadas, los estafadores pueden acceder potencialmente a miles de cuentas en cuestión de segundos. Pero un ataque a gran escala es prácticamente imposible con un sistema biométrico, ya que los ladrones tendrían que producir falsificaciones para cada elemento robado y utilizarlos con el detector adecuado. Los datos biométricos son ilimitados.

Otra ventaja clave de la biometría sobre las tecnologías convencionales es que la autenticación o la identificación se pueden realizar de forma rápida y sin problemas, con un movimiento de la mano o, literalmente, de un vistazo.

Diferentes tipos de datos biométricos

La biometría se puede dividir en tres categorías principales de características:

  • Biológico: ADN y sangre
  • Morfología: Forma de la mano, palmas, huellas dactilares, patrón de venas, rostro, iris, patrón de venas en la retina, voz y oído
  • Conductual: Marcha (manera de caminar), firmas manuscritas y trazos de teclado

Tecnología biométrica

Las tres tecnologías biométricas (reconocimiento de huellas dactilares, facial y de iris) son las más utilizadas porque combinan eficiencia con confiabilidad ,y son las más fáciles de implementar y usar.

  • Reconocimiento de huellas dactilares: Aprovecha el hecho de que una sola impresión comprende alrededor de 100 características principales, conocidas como minucias. Por lo general, solo es necesario que coincidan una docena de minucias para demostrar que dos impresiones son idénticas; estableciendo así la identidad de una persona con un alto nivel de certeza.
  • Reconocimiento facial: Convierte una imagen en un modelo 3D, cuyos parámetros, como el espacio entre los ojos, se comparan en una base de datos biométrica local o remota. Su eficacia depende de la calidad de la imagen, el tamaño de la base de datos y la potencia de los algoritmos de coincidencia de características.
  • Reconocimiento de iris: Se basa en el hecho de que los iris de una persona son tan diferentes entre sí como lo son de los de otra persona, incluidos los gemelos idénticos. Cambian poco a lo largo de la vida de una persona y pueden identificarse incluso si se usan anteojos o lentes de contacto.

via IDEMIA