Tecnología e inclusión en la educación: El modelo que hizo que Eduardo Pérez fuera reconocido como uno de los mejores maestros del mundo
Lo fundamental para un maestro es la capacitación”, afirma Eduardo Esteban Pérez León, docente colombiano nominado en 2021 al Global Teacher Prize, considerado como el ‘Premio Nobel de la Educación’. Gracias a su sed por aprender e innovar, el profesor ha recibido, año a año, los elogios de padres de familia que ven cómo sus hijos encuentran el amor por las matemáticas y la tecnología a través de sus entretenidas clases, además de 59 reconocimientos nacionales e internacionales por su metodología de enseñanza basada en tecnología e inclusión.
El profe Eduardo ha dedicado su vida a aprender para enseñar: Primero, estudió Ingeniería Mecánica. Luego, Informática Educativa; después, Gestión de la Tecnología Educativa, y ahora cursa un doctorado en Ciencias de la Educación.
Una calculadora programable le despertó su curiosidad por la tecnología. De ahí empezó a programar y luego a crear software para integrarla en la educación. “Cuando inicié mi proceso formativo el apoyo de Microsoft Education fue clave, pues los cursos que hice me ampliaron la mente, me ayudaron a potenciar las experiencias significativas y, en definitiva, un maestro capacitado va a dar mucho más”, insiste.
Su labor pedagógica, enfocada en tecnología para mejorar las condiciones de aprendizaje de personas con discapacidad lo llevó a ser el único colombiano entre los 50 finalistas al Global Teacher Prize este año. “Como profesor he podido desarrollar más de 10 experiencias significativas centradas en temas de convivencia escolar y, desde hace algunos años para acá, en temas de inclusión. Muchas de ellas han sido reconocidas en concursos y foros nacionales e internacionales; recuerdo con especial cariño el Education Exchange 2019, en París, con Microsoft”, destaca.
Tecnología con propósito
En su experiencia docente, el profe Eduardo ha encontrado la manera acertada de apalancarse en la tecnología para transformar. Justamente uno de sus proyectos destacados (Education Exchange 2019) partió de potenciar el comic para convertirlo en una poderosa herramienta contra el bullying y el ciberbullying, el grooming y el sexting. “Con los estudiantes hacíamos dibujos animados en 2D, ellos mismos creaban las historias para combatir estos delitos, y luego aprovechábamos herramientas de uso universal como Power Point para hacer comic live. Tomábamos fotos en el aula y les hacíamos bocadillos para incluir textos. Usamos fotos de maestros, de estudiantes y las convertíamos en video”, explica.
Su labor social ha impulsado iniciativas regionales contra el acoso escolar y la drogadicción. Allí reafirmó su interés de trabajar con población en situación de discapacidad. Hoy es maestro del Instituto Técnico Guaimaral en Cúcuta, una institución con cerca de 2.000 estudiantes, 300 de ellos con algún tipo de discapacidad. El profe adelanta que en 2022 será profesor titular de 11 estudiantes sordos. “Unesco lo ha dicho: son cerca de 1 billón de personas en situación de discapacidad en el mundo; en Colombia, el último Censo del Dane mostró que hay cerca de 500 mil personas con problemas auditivos. Un bebé de cada 800 en Colombia nace con síndrome de Down, eso nos toca las fibras para trabajar al doble o triple por ellos. Y es que la inclusión no es abrir la puerta para que el niño escuche o vea la clase de forma pasiva. El éxito de nuestro modelo es que el niño se sienta importante, valorado y protagonista de la educación”, reafirma.
El ‘boom’ de la tecnología en las aulas
Si bien su modelo de enseñanza tiene la tecnología como eje fundamental, el profe Eduardo destaca la aceleración digital que provocó la pandemia. Reconoce que algunos de sus colegas ni siquiera usaban correo electrónico y la virtualidad los obligó a adquirir nuevos conocimientos y habilidades, apoyados en distintas herramientas que les permitieron a ellos y sus estudiantes mantener el ciclo de formación.
“En pandemia no se puede dudar del papel de Teams, que ha sido clave para no desconectar a los niños. Mis hijos prácticamente estos dos últimos años trabajaron con Teams y eso les permitió continuar con su proceso educativo. Esto que ocurrió evidenció más la necesidad de que todos los maestros deben integrar la tecnología como faro de sus procesos educativos”, señala.
La conectividad a Internet se convirtió, más que nunca, en un servicio público esencial y la necesidad de llevar dispositivos a niños y jóvenes en los rincones del país se hace aún más apremiante. Entre tanto, el profe Eduardo apela a la creatividad y el ingenio de los maestros para hallar alternativas. “Hicimos una aplicación para enseñar geometría a estudiantes ciegos, que solo debían descargar una vez para usarla sin conectividad. Las herramientas offline han sido clave, los maestros acudimos a la innovación para que la educación no pierda la calidad”, apunta.
Pero a la par de la apropiación tecnológica de los maestros, el profe Eduardo insiste en la necesidad de ampliar el conocimiento tecnológico en los estudiantes. “Es fundamental porque a partir de este tendremos más emprendedores, los próximos creadores de Startups. Debemos apuntar a que los niños y jóvenes no solo sean consumidores de tecnología, sino que sepan realmente aprovecharla; nosotros los maestros debemos guiar correctamente el proceso tecnológico”, agrega.
Este ‘boom’ tecnológico dentro y fuera de las aulas despertó, sin duda, un análisis más profundo sobre el sistema educativo del país. “Por un lado tenemos sistemas educativos estructurados pero muy rígidos, y por otro están las habilidades blandas que la industria requiere. En Colombia la ley 115 -ley general de educación- ya va para 30 años, no se ha transformado. Hay una necesidad de cambios de forma y de fondo porque no queremos seguir impartiendo conocimientos de hace 30 años para estudiantes que van a vivir el mundo de hoy. Estamos viendo una educación tecnológica, STEM, con interculturalidad, con virtualidad y por eso es necesario repensar y construir hacia lo que se viene”, recalca el profe Eduardo.
Y ante ese panorama, el profe reafirma la importancia de consolidar alianzas con referentes globales como Microsoft para impulsar verdaderas transformaciones. “Necesitamos más empresas con compromiso social porque eso nos va a abrir puertas y nos va a ayudar a elevar la calidad de vida de nuestra gente; empresas como Microsoft, referente en tecnología y educación, abren paso para un mejor futuro”, insiste.
Los retos para el profe Eduardo en 2022 están claros: seguir fortaleciendo su proyecto Gol STEM, un estadio de fútbol para el aprendizaje de pensamiento computacional en estudiantes sordos, y consolidar un proyecto con apoyo de profesores de Estados Unidos para estudiantes con síndrome de Down. Asoman también desafíos en educación deportiva y un libro sobre experiencias significativas, historias de grandes maestros en los últimos 20 años que enseñan a montar un proyecto educativo y cómo sacarlo adelante. “Va a ser digital y gratuito como todos los recursos que hemos elaborado. Y seguiremos trabajando porque la educación es una rueda que avanza y no se detiene”, concluye.
Via: Microsoft Colombia