El 19 de marzo fue el Día del Aprendizaje Digital
Por Andrés Quinn (*)
A partir de este año, todos los 19 de marzo se celebra mundialmente el Día del Aprendizaje Digital. Se trata de una fecha establecida por resolución de la UNESCO en su 42° reunión anual que tuvo lugar en París del 7 al 22 de noviembre de 2023.
Este día -que en realidad debería estar siempre en la agenda política global- pone el foco en dos cuestiones que solían simplemente ir de la mano pero, en los últimos años, entendemos que requieren de una estrategia concertada entre todos los actores: la educación y la tecnología. Sin esta alianza, la educación como un derecho humano básico podría peligrar y aumentar así la brecha que existe en la educación digital: los que saben, saben cada vez más, y los que menos, cada vez menos.
La necesidad de estrechar los vínculos entre la educación y la tecnología quedó trágicamente expuesta durante la pandemia de Covid-19. Las mayores pérdidas por la interrupción de la presencialidad las sufrieron aquellos países con una infraestructura de TIC insuficiente y sin sistemas de aprendizaje digital. Se estima que hasta un tercio de los niños y niñas del mundo no tuvieron en 2020 un acceso adecuado al aprendizaje, muchos de los cuales todavía acarrean las secuelas de aquel imponderable. Esto nos obliga a repensar el rol de las empresas integradoras de tecnología, las cuales se convierten en un recurso fundamental para la planificación de políticas públicas que ayuden a construir una mayor equidad y acceso a la información.
La pandemia reveló en toda su crudeza la necesidad apremiante de crear un puente entre las tecnologías que profundizan el aprendizaje y los maestros y estudiantes, para transformar así la educación tradicional hacia un sistema de aprendizaje que sea inclusivo, abierto y resiliente. De eso se trata este día que celebramos hoy. Creo fervientemente en la utilización de estas conmemoraciones para potenciar el camino de nuestro impacto social y el desarrollo de nuestras misiones empresariales. En el caso de OCP TECH, buscamos transformar y desarrollar soluciones tecnológicas que generen impacto en la vida de las personas, empresas y gobiernos con el mejor talento del mercado.
Teniendo en cuenta este contexto producto de la pandemia, la UNESCO ha dado prioridad al desarrollo de una estrategia orientada a los grupos que, más allá de los esfuerzos en común, continúan marginados: los de bajos ingresos, las personas con discapacidad, minorías lingüísticas y culturales, y, en muchos países todavía, las mujeres.
Para concretar esta estrategia, la cual debe convocarnos a todos, se entiende que la clave para expandir la enseñanza digital en una nueva revolución educativa está en los Recursos Educativos Abiertos (Open Educational Resources u OER). Se trata de materiales de enseñanza, aprendizaje o investigación que son de libre acceso para todo el mundo, y que la UNESCO desarrolla y financia de forma activa desde 2012. Ese año, en París, se firmó la Declaración de Recursos Educativos Abiertos, la cual estableció varios ejes sobre los que trabajar: fomentar el uso de los OER; facilitar entornos que habiliten el uso de TIC; promover la comprensión y el uso de marcos de licencias abiertas; apoyar la capacitación para el desarrollo sostenible de materiales de aprendizaje de calidad; fomentar alianzas estratégicas para los OER que faciliten contenidos en una variedad de idiomas y contextos culturales; y por último, promover la investigación sobre estos recursos abiertos educativos, sobre todo aquellos que se hacen con fondos públicos.
Los OER cobran importancia en el contexto del Día del Aprendizaje Digital por una sencilla razón: su gratuidad los transforma en un aliado ideal para cerrar la brecha educativa entre países, que no es otra cosa que la brecha existente entre aquellos que tienen muchos recursos para invertir en educación digital, y aquellos que tienen menos. Ahora bien, garantizar la estructura y desarrollo de soluciones que vehiculizan su acceso es otro de los desafíos a concretar.
El espíritu que guía a los OER (sentido de comunidad, accesibilidad y una cuota de altruismo) son valores que deben interpelar a todos los que trabajamos en el sector tecnológico. Quizás como nunca antes, la tecnología ofrece hoy las condiciones necesarias (internet, redes, dispositivos asequibles) para hacer realidad uno de los anhelos más importantes de la era digital: la de promover una educación libre y de calidad a todos los rincones del mundo. El ideal que propone el aprendizaje digital nos pone, literalmente, a las puertas de un nuevo paradigma que tiene el potencial de cambiar el perfil económico, cultural e incluso político de la sociedad global.
La creación de este nuevo día internacional es una invitación a reflexionar sobre la importancia que hoy tiene la educación, el impacto que puede ejercer sobre ella un proceso de digitalización responsable y el espíritu transformador que debe guiar a nuestro sector, permitiendo la democratización del acceso a la tecnología y a internet.
(*) Andrés Quinn es COO de OCP TECH, una empresa integradora de tecnología que ofrece soluciones innovadoras en diecisiete países de la región.