Slipstream – reseña: Velocidad arcade al estilo de los 80s
Slipstream, es un juego que ya tenía tiempo en la tienda de aplicaciones de Steam y que finalmente ha llegado a las consolas de sobremesa para tener un segundo aire un juego considerado como sucesor espiritual del famoso Outrun.
En esta reseña analizaremos diversos detalles de este título que gracias al desarrollador hemos tenido la oportunidad de probar para Nintendo Switch días antes de su lanzamiento oficial.
Modo Grand Tour
El modo principal, Grand Tour, experimentarás un viaje colorido por diversos escenarios en los que avanzas orgánicamente, .mientras en el camino te enfrentas a diversos rivales , mientras te abres paso entre el tráfico y corres hacia el siguiente destino. Aquí no hay cambio de marchas o Turbos, solo un sistema de rebufo que aumenta tu velocidad máxima si te mantienes detrás de algún rival.
Aspecto Gráfico
Un título que nos trae de regreso alas máquinas d arcade delos 80s e inicios de los 90s , con una paleta muy colorida y animación repetitivas de pista pero muy fluidas, los ingredientes necesarios que nos evocan juegos como Outrun o Top Gear, y se ve de maravilla en cualquier pantalla incluyendo el modo portable de Nintendo Switch.
Parrilla de Autos
Hay un puñado de autos diferentes para conducir, cada uno con diferentes parámetros para dominar, y puedes usarlos en el modo Grand Prix más centrado en las vueltas, que reutiliza las ubicaciones del juego principal y las transforma en circuitos. Una arruga clara aquí es que puede elegir entre autos de serie o un sistema de actualización, donde gana dinero en función de su posición en cada carrera, que luego puede usar para personalizar los parámetros de su automóvil como desee. El modo multijugador de pantalla dividida, así como un puñado de otros modos novedosos, como un modo Battle Royale inspirado en la eliminación, completan una generosa lista de opciones.
Jugabilidad
La jugabilidad se siente muy bien, al mejor estilo clásico donde debes ser sutil con tu Dpad o Joystick. El diseño del recorrido central no está particularmente inspirado: te deslizas o vas recto, con poca variación en el medio, puede sentirse tosca para jugadores más contemporáneas como se SNES o arcades más modernas, pero es la esencia de la clásica jugabilidad de un Outrun.
Conclusión
Slipstream es un viaje que evoca los clásicos arcade de conducción de los 80s, con uno que otro toque contemporáneo pero que respeta desde su aspecto visual pasando por una jugabilidad sencilla pero que puede ser muy desafiante, si eres fan de de estas clásicas experiencias de conducción o revivir las épocas de las arcade , este es un juego independiente ideal para ti.
Reseña por Nicolás Schiller