Construir es una actividad productiva que está evolucionando intensamente para alcanzar el Cero Neto en Carbono, rompiendo así los paradigmas existentes sobre el mundo de la arquitectura, ingeniería y construcción que ha sido definido como un sector ralentizado frente a los avances tecnológicos, con esquemas de trabajo muy rígidos y con actividades poco automatizadas. Las presiones ejercidas por autoridades nacionales e internacionales están surtiendo efectos esperanzadores que impulsan la descarbonización y promueven la innovación.
¿Es posible ir más allá del Cero Neto?
Levantar y operar las estructuras que se ejecutan día a día implica procesos que generan emisiones de carbono en todo su ciclo de vida, sin importar su tipología ni tectónica. La Gestión Total del Carbono, conocida como TCM, es una metodología que cuenta con los indicadores necesarios para medir las emisiones y plantear estrategias para la optimización. Pero para entender mejor las emisiones se han clasificado en dos tipos, en primer lugar están las conocidas como “Carbono incorporado” que abarcan a las originadas en toda la cadena de suministro (extracción de recursos, refinación, manufactura y logística) y pueden significar hasta un 70% de las emisiones en todo el ciclo de vida. Se estima que más de un 50% se generan en las fases previas al permiso de habitabilidad. El segundo tipo son las emisiones de “Carbono Operativo”, refiriéndose a todas las actividades que mantienen viva a una instalación y consumen energía, desde los sistemas redes eléctricas, de gas, sanitarias, entre otras.
Para los profesionales encargados del diseño y la ejecución de los proyectos las herramientas digitales actuales permiten entender totalmente el funcionamiento de las edificaciones mucho antes de ser ejecutadas. Las empresas desarrolladoras de software trabajan para incorporar tecnologías como la Inteligencia Artificial, el Diseño Generativo, la Inteligencia de las Cosas, la Realidad Extendida o la Simulación con el objetivo de facilitar a arquitectos, ingenieros y clientes el entendimiento a profundidad de sus creaciones sin mover un metro cúbico de tierra.
Los esfuerzos por entender, clasificar y llevar a cero las emisiones están sobrepasando los objetivos, y se espera que en un futuro próximo las edificaciones, nuevas o rehabilitadas, tengan la capacidad de revertir su impacto y eliminar gases de efecto invernadero en el ambiente, convirtiéndose en máquinas purificadoras de su entorno capaces de ir más allá del cero neto. Con este logro el Sector de la arquitectura, ingeniería y construcción tiene la oportunidad de cumplir un nuevo rol frente a las necesidades de la sociedad y su medio ambiente.
El aporte de la economía circular al cero neto
La búsqueda por lograr la circularidad en la economía tiene un gran impacto sobre el sector de la arquitectura, ingeniería y construcción, para implementarlo se han desarrollado metodologías de trabajo con trazabilidad de toda la información añadida a los componentes que forman una edificación, para entender su origen, sus capacidades de reciclaje y las opciones para su reincorporación una vez desmontada la instalación. Desde esta óptica es posible ahorrar todas las emisiones que se generaron al obtener ese material del medio ambiente y darle una segunda oportunidad, mediante el tratamiento con novedosas tecnologías.
La implementación de metodologías de trabajo como el Modelado de información de construcción, BIM, ha hecho más eficiente la gestión de los materiales, desde las fases iniciales de estimación hasta las mediciones finales de obra se ha logrado una reducción del desperdicio. El uso de modelos tridimensionales cargados de información disminuye también las horas de trabajo requeridas para crear los documentos técnicos, optimizando el uso de los recursos en la fase de diseño y desarrollo. Ocurre lo mismo con la gestión de la operación de activos, al crear los Gemelos Digitales que facilitan el mantenimiento y alargan la vida de los componentes, prolongando la necesidad de sustituirlos.
Según Autodesk, lograr el cero neto es posible y las tecnologías digitales y constructivas permiten ir aún más allá, al crear edificaciones capaces de revertir el efecto negativo causado por las emisiones de carbono, y transformarlas en instalaciones capaces de remediar los efectos negativos del pasado y regenerar y restaurar los ecosistemas, en pro de una mejor calidad de vida para la humanidad.
